La sociedad medieval se caracterizó por un sistema jerárquico rígido basado en la economía agraria, las obligaciones de vasallaje y la influencia predominante de la Iglesia. Esta estructura marcó profundamente la vida cotidiana, las relaciones sociales y las dinámicas de poder durante la Edad Media.
La sociedad medieval se regía por estratos sociales, era una sociedad bastante rígida por lo que el cambio de estamento social era practicamente inexistente. Podemos hablar de tres estamentos principales durante la mayor parte de la Edad Media y la aparición de un cuarto durante el último periodo, la Baja Edad Media.
Existían dos grupos principales, los privilegiados y los no privilegiados. Los primeros, estaban exentos de impuestos y controlaban el sistema por completo, recogían los impuestos y administraban la economía. En este primer grupo tenemos tanto a la nobleza como al clero. Respecto a los no privilegiados dividiremos entre el campesinado y la burgesía. Los primeros, le debían lealtad y obediencia a su señor feudal, ya que de este, dependía su seguridad. La burgesía, en cambio, representaban una minoría y se dedicaban principalemnte al comercio y la artesanía.
Explicado de otra manera, la sociedad medieval se dividía en:
Nobleza: Incluía a reyes, señores feudales y caballeros. Eran los propietarios de las tierras y el grupo dirigente encargado de la defensa militar y la administración.
Clero: Conformado por el alto clero (obispos y abades) y el bajo clero (sacerdotes locales y monjes), la Iglesia tenía un papel central, influenciando todos los aspectos de la vida, desde la educación hasta la política.
Campesinos y siervos: Representaban la mayor parte de la población. Trabajaban las tierras de los señores a cambio de protección y acceso a la tierra, pero vivían bajo un sistema de servidumbre que limitaba su libertad.
Burguesía (en la Baja Edad Media): Con el auge de las ciudades y el comercio, surgió un nuevo grupo social formado por comerciantes, artesanos y pequeños propietarios. Este grupo crecería en importancia hacia el final del período.
La vida en la Edad Media dependía del estamento al que pertenecieras:
Nobles: Vivían en castillos y llevaban una vida de privilegios, aunque también de obligaciones militares.
Clero: La vida monástica era austera pero centrada en el aprendizaje y la preservación del conocimiento.
Campesinos: Su vida giraba en torno al trabajo agrícola, con jornadas largas y condiciones de vida duras.
Burgueses: Aunque enfrentaban desafíos, vivían con mayor libertad que los campesinos y estaban en un entorno urbano en crecimiento.
El sistema estamental y las relaciones de vasallaje dejaron huella en la configuración social y política de Europa, marcando el camino hacia las transformaciones de la Edad Moderna.